¡Oh, my God! (Telenovela e Internet)



¡Oh, my God! (Telenovela e Internet)Darwin FrancoMigues

Ésta es una de las frases que más popularizó la telenovela “Atrévete a soñar” (Televisa), basada en el guión argentino “Patito feo”. Esta producción, que terminó hace una semana, instauró y potencializó nuevas formas de interacción con el público infantil-juvenil (de ocho a 19 años), a tal punto que muchos de ellos decidieron que era el Internet y no la televisión el lugar donde verían la telenovela.
La historia de “Patito”, nombre de la protagonista, tuvo un promedio de 16.2 puntos de rating (OBITEL-México), lo que le alcanzó para colocarse como la sexta telenovela más vista durante 2009; sin embargo, su verdadero éxito lo tuvo en Internet al alcanzar la exorbitante cifra de 250 millones de visitas, un promedio superior a las 68 mil visitas diarias. La telenovela en su año de duración contó con 261 capítulos.

Dentro del portal tvolucion.com, que Televisa lanzó en marzo de 2009, es posible ver todos los capítulos de las telenovelas que ésta ha estrenado desde el año 2008; esta nueva plataforma mediática ha propiciado que el lugar tradicional para ver las telenovelas mude de la televisión a la computadora siendo los niños y jóvenes quienes -aparentemente- han encabezado la migración de la recepción televisiva.

Las nuevas tecnologías de la comunicación no han exterminado a los viejos medios (televisión, radio, prensa) ni tampoco los han desplazado como algunos investigadores de la comunicación han profetizado; al contrario, han permitido su mutación y convergencia no sólo en el plano tecnológico sino también en el cultural; de tal forma, que es en la unión entre viejos y nuevos medios donde se constituyen hoy en día muchos de los rasgos que caracterizan a las sociedades actuales.

Bajo esa perspectiva, la televisión no ha muerto ni morirá porque está empleando estrategias tecnológico-mercantiles para trasladar su dominio socio-cultural a otras plataformas en donde ya no sólo tendrá audiencia o telespectadores sino “usuarios” con quienes tendrá que lidiar, pues a diferencia de la televisión, Internet -y portales como tvolucion.com- ofrece canales y foros de discusión en donde, casi en tiempo real, los usuarios aprueban o descalifican los contenidos.

“Atrévete a soñar”, entonces, no sólo concentró parte importante del público que escapó de las pantallas televisivas sino que, además, les permitió a éstos manifestar sus gustos, fobias o desencuentros con la televisora, la telenovela, los personajes, los actores, la historia o, igualmente, con los comentarios de algún otro usuario; cada uno de los 261 capítulos de la telenovela tuvo alrededor de 150 comentarios.

La cifra puede ser irrelevante en comparación con el número de personas que entran a Internet para ver el capítulo que se perdieron o que quisieron volver a ver; pero marca una tendencia de que las audiencias televisivas, principalmente jóvenes, cada día van y vienen de las pantallas (televisión, computadoras, celulares, Ipod, etc.) no sólo como meros espectadores sino como sujetos capaces de opinar a favor o en contra de lo que ven.

“Atrévete a soñar” enseñó a Televisa que el camino para la captación de la audiencia infantil-juvenil está en en-red-arlos en los canales mediáticos donde ellos cotidianamente se mueven y trasladar ahí las prácticas culturales con las que la televisión nos ha eclipsado durante tantos años; con el gran riesgo de que los nuevos “usuarios” no sólo pueden ser más volátiles sino también cada día más escépticos y críticos.



¡Yo no pago para que me peguen!Darwin Franco Migues

El regaño público que el presidente Felipe Calderón le dio a los medios de comunicación por andar publicando de “a gratis” las narcomantas cuando a él y a las empresas les “cuesta millones” salir en la primera plana, revive aquel dicho presidencial de López Portillo: “No pago para que me peguen”.

La gran diferencia entre aquel dicho y el berrinche o llamada de atención calderonista es que el énfasis no está tanto en el golpeteo político sino en la escasa visibilidad que recibe éste de sus acciones -a pesar de pagarlas- en comparación con la exacerbada promoción -gratuita- que reciben los narcotraficantes para mandar en una manta un mensaje dirigido de “fulano para zutano”, según afirmó el Presidente en Mérida, Yucatán, el 25 de febrero pasado.

Lo comentado por Felipe Calderón abre varias vías de análisis que bien podrían ser formuladas a manera de preguntas que atañen tanto a los gobiernos como a los medios de comunicación:

¿Por qué habría de pagar la Presidencia para que sus acciones fueran difundidas, que acaso éstas no son del todo eficientes para encontrar eco en los medios por sí mismas? ¿Cuánto millones paga el gobierno por las primeras planas y en qué le beneficia? ¿Con quién y cómo se negocian esos millones? ¿Quién no saca a Calderón en primera plana o en los titulares televisivos o radiofónicos para que éste se ande quejando “por no salir en la de ocho”?

¿Por qué los medios aceptan la paga cuando se supone que su labor es informar a la sociedad? ¿Cuánto cobran para matizar la realidad del país o colocar “alegremente” la visión del gobierno? ¿Qué medios son los que ponen precios a sus titulares y cuáles son los que se entregan a cambio de las dádivas presupuestales?

¿Por qué publicar los narcomensajes como un hecho de relevancia informativa? ¿Qué consecuencias tiene que un medio sirva de canal para que los narcotraficantes multipliquen exponencialmente sus amenazas? ¿Por qué las narcomantas se publican sin ofrecer el contexto de violencia social que permea a los lugares donde éstas aparecen?

Pensando las declaraciones en este contexto, al parecer no es un hecho que sucede “allá en un pueblo lejano” como mencionó Calderón, pues resulta que ese pueblo también es México; como tampoco se trata simplemente de un mensaje de “fulano para zutano” porque de ser así Felipe Calderón sería “zutano” y los múltiples “fulanos” serían los grupos delictivos que en mantas denuncian que éste y su Ejército cuidan y defienden a “El Chapo” Guzmán y sus territorios.

Lo que quiero resaltar, más allá de las declaraciones del Presidente, es la creciente necesidad social de “estar en los medios”, el no estar ahí es sinónimo de invisibilidad o inactividad por eso el gobierno, las instituciones sociales y criminales buscan marcar sus territorios en lo mediático por eso “pagan o matan” porque estar ahí les da voz, publicidad o presencia.

No hay nada más lamentablemente cierto que saber que -en la actualidad- pocas cosas o hechos pueden entenderse fuera de los medios de comunicación.

No te la pierdas !!!

 
 
Las y los invitamos a la proyección de la película Corazón del Tiempo, que trata de las comunidades zapatistas y fue co- producida y actuada por los mismos compas. El próximo miércoles 10 de marzo a las 7pm en el Centro Cultural Maxei, Mimiahuapan #416 Col. Vista Alegre Maxei. 

Entrada Libre.

Las redes sociales un vehículo para la seguridad ciudadana


HOMO ZAPPIGS sigue analizando la esfera mediática que nos rodea y  en esta ocasión escribo sobre los usos sociales que en Ciudad Juárez (Chihuahua) y Reynosa (Tamaulipas) le están dando a las "redes sociales".

Las redes sociales un vehículo para la seguridad ciudadana

Darwin Franco Migues
La explosión de las llamadas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC´s), la convergencia tecnológica y la creciente interactividad que tenemos con diversos medios es lo que quizá más caracteriza a las sociedades actuales.

Tras la vorágine de lo tecnológico y la supremacía de la información como nueva moneda de cambio social, se han abierto nuevas brechas que superan en mucho a las consideradas simplemente “digitales”, pues estar fuera de lo que se mueve dentro de la “Sociedad red” no sólo segrega o aísla, sino que limita la capacidad de actuar y decidir como ciudadano; pero a la par, posibilita nuevas formas de comunicación entre pares que quizá -fuera de la red- encontrarían pocas oportunidades para discutir y replantear las problemáticas que conciernen a su entorno inmediato (ciudad) y aquéllas que de lastimosas deberían herir la humanidad de cualquiera.

Pero los nuevos “usos sociales” de las redes van más allá de postear algún comentario sobre los hechos violentos que a diario aquejan al país; pues en localidades como Ciudad Juárez, Chihuahua, y en Reynosa, Tamaulipas, las redes como Twitter o Facebook son usadas como redes de seguridad ciudadana.

Ante la falta de una real cobertura mediática o del notorio sesgo informativo, los habitantes de ambas ciudades -tan golpeadas por la violencia- han decidido darle un “uso social” muy particular a estas plataformas tecnológicas, pues desde la red comunican sobre los lugares y zonas donde se están realizando tiroteos o enfrentamientos para evitar que los habitantes de dichas comunidades queden atrapados entre el fuego cruzado.

Lo que se construye en las redes on-line es rematerializado en lo off-line; es decir, el post que alguien coloca sobre el lugar del enfrentamiento rápidamente se distribuye en otras redes en línea, de ahí brinca a los celulares y de éstos a la comunicación “cara a cara”.

La red de seguridad que los habitantes de estas ciudades tejen en Internet, y que materializan al avisar e impedir que otros ciudadanos pasen por las zonas de conflicto, permite analizar nuevos fenómenos de “seguridad ciudadana” que, anclados en los usos sociales de las tecnologías, brindan nuevos modos de protección en lugares donde es claro que las instancias policiacas y los gobiernos han sido desbordados por la violencia.

Lo que sucede en Ciudad Juárez o en Reynosa es una prueba de cómo las TIC´s permiten tejer nuevos canales de comunicación que, guiados por su  horizontalidad, podrían permitir -y ya lo hacen- el resurgimiento del ciudadano y su misión de recuperar el espacio público que por acciones u omisiones gubernamentales no sólo se había privatizado sino también mediatizado.

Una prueba más

Memoria digital

































Memoria digital

Por Darwin Franco Migues

Hace unos días perdí mi laptop. Y usted preguntará si viene al caso mi tragedia personal; por ello, explico: resulta que lo más doloroso de perder algún artilugio tecnológico como éste no sólo reside en el costo monetario del equipo sino que la pérdida va más allá y se sitúa en la incapacidad de recuperar la memoria virtual con la que construimos nuestros días.

Así es; con los cambios en las llamadas “Tecnologías de la Información y Comunicación” (TIC´s) hemos estado construyendo y reconstruyendo las huellas históricas de lo que somos; es decir, nos hemos acostumbrado a guardar de forma digital todos nuestros momentos; ya sea en fotos o en videos, lo que tenemos guardado es nuestro paso por el mundo.

Sé que esto puede sonar un tanto apocalíptico, pero basta con que usted cheque su computadora, celular o cámara fotográfica para ver la cantidad de imágenes, ahora ya recuerdos, que tiene guardados; ahora piense: ¿qué sentiría si de pronto toda su historia digital fuera borrada? ¿Con qué podría demostrar que estuvo ahí? ¿Cómo platicaría de aquella experiencia si la sociedad de la imagen -en que vivimos- exige la prueba material, “la imagen que vale más que mil palabras”?

¡Qué razón tiene el eslogan de Fuji, empresa dedicada a la venta de equipo fotográfico, cuando nos dice: “Si no está impresa, no es foto”!, y es verdad porque lo que almacenamos en nuestras memorias o discos duros son imágenes; imágenes que, resignificadas en nuestra interacción con las pantallas, usamos para mostrar al mundo que estuvimos ahí.

El historiado italiano Carlo Ginzburg menciona que lo que caracteriza a la sociedad hoy en día es su capacidad infinita para dejar a la posteridad múltiples indicios de su existencia. Es decir, si conocemos históricamente a las civilizaciones antiguas es porque éstas nos dejaron vestigios de lo que fueron, ahora bien valdría preguntarnos: ¿qué es lo que estamos dejando cuando, por lo menos, sacamos más de 50 fotos por evento social que tenemos? ¿Qué tipo de memoria es la que construimos?

La capacidad de hacer memoria, ahora en formatos digitales, se presenta como un fenómeno que no sólo convierte los recuerdos en imágenes, sino que tiende a ser un factor de interacción al momento de la convivencia social. Por ejemplo, uno va a una reunión y lleva su cámara digital: toma una foto, luego otra, luego seis del mismo hecho y después enseña éstas a sus amigos, quienes las ven, las borran y nuevamente posan para un nuevo registro.

La fotografía ya no es más un elemento de solemnización, como decía el sociólogo Pierre Bourdieu, pues ya no sólo busca retratar nuestros momentos más dignos o representativos sino que ahora busca retratarlo todo, busca registrarlo todo para conformar nuestra memoria social.

Eso es justo lo que más me dolió: perder mi historial fotográfico, pues ahora en un mundo envuelto por la virtualidad no hay prueba que sostenga “mi yo fui, yo conocí, yo estuve ahí, etc.”. Mis fotos no estaban impresas ni montadas en el Facebook, MySpace o Hi5, lo que hoy sería la prueba infalible de mi decir. El problema es que perdí mi memoria digital.

¿Qué haría usted sí se quedara sin tal memoria? ¿Cómo contar lo vivido en un mundo construido por imágenes?

¡Cuidado el machismo mata!




Las mujeres queretanas exigimos y denunciamos el feminicidio de María Fernanda Loranca Aguilar, de 17 años de edad, originaria de San Juan Del Río en Querétaro, México.

Exigimos a las autoridades Municipales de San Juan del Río, y al presidente municipal Gustavo Nieto Chávez, y a las autoridades Estatales de Querétaro de Arteaga, y al gobernador José Eduardo Calzada Rovirosa que se esclarezca el crimen, que no quede impune el caso y que se garantice una vida libre de violencia para TODAS las mujeres queretanas.

Los diarios locales señalaron: "La tarde de ayer (28 de octubre de 2009) compañeras y compañeros de la escuela de María Fernanda, de 17 años de edad, se organizaron para buscarla; encontraron su cuerpo en un predio baldío cerca del campo de béisbol en Solares Banthi, en San Juan del Río, Querétaro; su cuerpo presentaba huellas de estrangulamiento así como una herida a la altura del cuello, producida al parecer por arma punzo cortante, además de que el cuerpo estaba recostado boca arriba con su falda levantada y sin ropa interior."

"El cuerpo sin vida de María Fernanda Loranca Aguilar, de 17 años de edad, fue encontrado el jueves 29 de octubre de 2009, después de que el martes 27 del mismo mes no llegara a su casa. Debido a esto, familiares y amigos de la joven, hicieron panfletos para tratar de localizarla, y al no obtener respuesta, acudieron al Ministerio Publico para denunciar la desaparición. Por la tarde, amigos de la joven, localizaron su cuerpo sin vida cerca del campo de beisbol de la comunidad de Solares Benthi y de un arroyo, por donde cruzaba para regresar a su domicilio, con aparentes signos de violación y golpes.”

La manera en que María Fernanda Loranca Aguilar murió es un feminicidio más y muestra cómo ninguna está fuera de peligro, ninguna sabe si el enemigo está en casa. El feminicidio es el asesinato de mujeres por el simple hecho de ser mujer. La violencia ejercida contra las mujeres forma parte de un hecho social y político de enorme impacto y trascendencia, no sólo en México, sino en el mundo entero, como parte de la educación sexista contra las mujeres, y que tiene incidencia también en el abuso a niñas y niños.

Al menos tres mujeres son asesinadas diariamente en el Estado de México, Veracruz, Chiapas, Guerrero, el DF, Chihuahua, Oaxaca, Sonora, Baja California y Morelos, respectivamente. Fuentes no oficiales indican que en los últimos 10 años han sido asesinadas por lo menos 10 mil mujeres en todo el país, muchas de ellas a manos de su pareja.

El feminicidio no debe quedarse sólo en cifras. Debemos denunciarlo como parte de una política de control contra las mujeres. La violencia contra las mujeres es una forma de control social. Además, la crisis económica y la inestabilidad política desatan la violencia y las principales víctimas son las mujeres. (http://feministagordaypeluda.blogspot.com/2009/10/ali-desiree-cuevas-castrejon-1985-2009.html)

Queremos que la memoria de Alí Cuevas y María Fernanda Loranca Aguilar, no sean sólo una cifra, como no lo deben ser los asesinatos de mujeres. Queremos que la memoria de Alí Cuevas y María Fernanda Loranca Aguilar no sea una nota más de la prensa sensacionalista, como no lo deben ser los asesinatos de mujeres. Ni cifra, ni nota amarillista.

El feminicidio es un asunto político y social.


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En la Agenda de Mujeres nos reconoce como diversas, rompiendo el mito de que las mujeres somos todas iguales, con los mismos intereses y necesidades. Las mujeres compartimos una misma opresión de género, que sin embargo no se manifiesta de igual forma según seamos niñas, jóvenes o adultas, de ciudad o del campo, universitarias o analfabetas, madres o no.
Agenda de Mujeres Querétaro 2009, Organizaciones y Mujeres de la Sociedad Civil.
Las mujeres participando en la toma de decisiones, como personas y ciudadanas.

www.mujeresciudadanasqro.blogspot.com
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